El sistema educativo entró en
crisis a partir de la pandemia mundial. En su mayoría las instituciones
educativas no estaban preparadas ni emocional
ni tecnológicamente para enviar a sus estudiantes y profesores a casa ,llevarlos
de manera sorpresiva a puestos de trabajo en línea en un pais en donde las
profundas desigualdades son evidentes , donde una gran cantidad de estudiantes dependen de su alimentación en colegios
públicos ,donde reciben el mínimo vital , y ahora en sus casas se quedan a la
deriva en manos de la violencia familiar y sin esa zona de protección que es el colegio.
La socialización de nuestros hijos se verá afectada profundamente en sus
relaciones personales, este sistema que colapsó en dos días y propone relaciones
sociales a distancia en condiciones poco equitativas de manera que no es un
regreso feliz a casa sino una preocupación mayor para el futuro de la educación.
Las frustraciones de no tener los recursos dejarán, y espero que no sea así,
muchos casos de deserción escolar. Si bien existen familias y colegios con
mejores condiciones, ésta crisis tomó a profesores sin entrenamiento, sin
equipos en sus casas, maestros que en su mayoría viven ocho o más horas en los colegios
bajo condiciones de remuneración nada acordes con el compromiso y responsabilidad
que tienen.
Hoy la pandemia ha despertado
nuevos sentimientos y muchos desafíos para acortar la brecha de la inequidad en
todos los campos.
El diseño se enfrenta a un
gran reto y es la educación. Seguramente muchos verán una gran oportunidad para
llenarse los bolsillos ofreciendo tutoriales educativos en línea mal diseñados,
sin avales de las autoridades de educación, intentarán proponer nuevas metodologías y hasta mobiliarios para
la educación en casa, o propuestas de poderosos
equipos de interconexión para optimizar las
condiciones de comunicación con todos sus estudiantes, pero se olvidan de las
escuelas rurales en veredas apartadas sin techo, sin mobiliario, sin interconexión
y servicios, producto de la ausencia del estado; aunque estoy seguro que esos líderes rurales llevan
la delantera en creatividad para educar a sus pocos estudiantes.
El diseño tiene que resolver
una incógnita: ¿Cómo aportará en los nuevos escenarios para la educación
en la post pandemia ?
Realmente y sin tapujos hay
que decirlo, el COVID 19 nos abofeteó sin piedad, cuántos niños están hoy apartados
de la educación virtual sin conectividad o sin dispositivos y se quedaron afuera
del sistema de un modo salvaje; he aquí donde empiezan las mayores
desigualdades. El futuro del diseño debe ser más comprometido con la equidad, colaborativo,
inclusivo, sistémico, presiento que la post pandemia dejará a muchos diseñadores regados
en el campo de lo técnico y
apreciará mucho más el pensamiento complejo, la creatividad. Será el devenir
del pensamiento humanístico por encima del consumismo, tal vez estemos ad portas
de un nuevo Renacimiento de una nueva estética de un nuevo mundo, por ahora
entreguemos lo máximo a nuestros hijos, propongamos a las nuevas generaciones un diseño justo , abierto y
sensato porque el mundo no será para ellos el mismo a partir del 2020.
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